Ya sean los años 70 con el estilo hippie, los 80 influenciados por la reina del pop, Madonna o ahora que hay una inclinación hacia el Street style y tendencias dictadas por influencers; la moda siempre ha sido un reflejo de las sociedades.
La moda es un conjunto de elementos de vestimenta basados en gustos y costumbres que se utilizan durante un tiempo determinado y marcan tendencia. Por esta razón la moda puede identificar de manera tan distintiva años y épocas. Sin embargo, hay que pensar porqué ciertos elementos se vuelven tendenciosos y qué representan.
Según el sociólogo y filósofo alemán George Simmel, que realizó estudios sobre la psicología de moda durante los años 1895 y 1911, la moda es un modelo genérico de reconocimiento en procesos sociales y fenómeno de la modernidad. Es decir, el estilo sirve para pasar de un proceso de rechazo a un proceso de aceptación social. Explica también que cuando algo se populariza tiende a desaparecer, pues entonces ha perdido su esencia de representación de la persona.
Entonces podemos entender que el estilo, conjunto de rasgos característicos de una persona, cuando deja de ser único busca nuevas formas de expresarse sin perder su esencia. Esa es la magia de la moda, el poder representar lo que es cada uno mediante la vestimenta, poder contar nuestra historia una y otra vez, poder reinventarnos y adaptarnos a la sociedad sin perdernos.
Si bien nuestra forma de vestir dice mucho de cada uno es importante entender que dice la vestimenta de las sociedades porque aun hablamos de un fenómeno social. Por este motivo es tan característico el uso de colores vivos en regiones con clima más cálido y tonos fríos y oscuros en lugares con clima más gélido o encontrar comunidades que se identifiquen claramente por su vestimenta.
Ya sea seguir una tenencia, imponerla o representar nuestra cultura el vestirse es una de las primeras formas de expresión que tenemos. La moda es una construcción social que permite la libertad y la creatividad en todo momento.
